domingo, 15 de septiembre de 2013

Donde quiera que estés. Capítulo 8



Capítulo 8


El mesero trajo las 2 hamburguesas y las 2 coca colas y lo colocó todo enfrente de cada uno.
-          ¡Gracias! -Dijo él-
El mesero se retiró, y comenzamos a comer. Las hamburguesas estaban deliciosas. Una de las mejores que he probado en la vida, Nicholas tenía razón. Al finalizar nuestros platos, Nicholas ordenó de postre una torta de chocolate para los dos, y al instante la trajeron. Probé un pedazo y estaba divina.
-          Tienes chocolate -Me hizo señas- 
-          ¿Dónde? -Me pasé la mano por la boca-
-          -Rió- Aún tienes.
-          -Me pasé la mano otra vez- ¿Ya? 
-          Aún. Te ayudo -Se acercó y con su dedo me limpió- Listo -Sonrió-
-          Gracias -Dije apenada-
Se quedó mirándome a los ojos profundamente al igual que yo a él. Se acercó más y rozó sus labios sobre los míos. Me dio un beso rápido y se echó hacia atrás apenado. 
-          ¡Lo siento! -Exclamó alterado-
Lo miré apenada. Mi corazón latía a toda velocidad. Lo miré sonrojada y lo besé nuevamente. Fue increíble. Un beso tierno y suave que me sacudió mi cuerpo rápidamente... No pensé que podría gustarme tanto alguien en tan pocos días de haberlo conocido. 
Lo que más dolor me da es saber que en tres días tengo que regresar a mi país y dejarlo... Después que tuvimos tantas cosas lindas, pero bueno aún podemos tener días lindos como este.
-          No te disculpes -Le dije entre sonrisas-
-          Sue, me gustas -Acarició mi mejilla-
¿Qué está pasando? ¿De verdad lo dijo? ¿Esto es real? ¡Es tan lindo! ¿Por qué no hay muchachos así en California? 
-          Y tú a mí Nicholas -Le dije sonrojada-
-          ¿Te parece si caminamos? -Sonrió-
-          Sí.
Pagó la cuenta y nos retiramos del restaurante. Tomó mi mano y mi corazón acelerado no se detenía ni un segundo. Entre risas y una interesante conversación salimos del parque. Cómo era tan tarde, los autobuses ya no pasaban, así que no nos quedó de otra que caminar hasta el hotel donde me estoy hospedando. Fue una larga caminata, pero disfrute mucho junto a él. 
-          Ya casi llegamos -Sonrió-
-          Gracias -Sonreí-
Mi cuerpo cansado no aguantaba por descansar en aquella cómoda cama en la que he estado durmiendo durante todos estos días... 
Al ver la gran puerta principal del hotel, brinqué un poco de emoción pero a la vez mi corazón se entristeció por tener que soltar su mano y despedirme. 
-          Bueno Sue, me ha encantado estar contigo todo el día -Sonrió tomando mis manos fuertemente-
-          A mí también Nicholas, muchas gracias por todo -Lo abracé-
Me quedé un rato oliendo su colonia tan masculina y luego lo miré a sus perfectos ojos cafés, lo tomé de su cuello delicadamente y le di un profundo beso agradeciéndole por todo lo que hizo hoy. Fue estupendo.
-          ¿Podrías acompañarme hasta arriba? –Pregunté apenada-
Creo que es un poco abusador pedirle después que me acompañó hasta aquí y me llevó a todos los sitios, que además suba a la habitación… Pero es que no quiero dejarlo ir ni un segundo.
-          Por supuesto que sí.
Llamé al elevador, y al llegar subimos hasta el piso de la habitación. Saqué la llave de mi bolso y abrí la puerta después de colocarla.
Ahora que lo pienso, que pena que tenga que regresar hasta casa de su abuela a las 02:15 am, creo que es mejor que se quede aquí y por la mañana se vaya.
-          Nicholas, puedes quedarte sí quieres –Sonreí-
-          Me da un poco de pena…
-          No la tengas –Le tomé su mano-
-          Gracias –Sonrió-
Se acomodó en la cama que le había dado la noche anterior, y yo tomé mi piyamas para cambiarme en el baño y acostarme a dormir. Entré al baño, cepillé mis dientes y peiné mi cabello, y luego me acosté en la otra cama.
-          ¿Sue?
-          Dime.
-          ¿Tienes que regresar? –Preguntó-
-          Sí Nicholas –Respondí con un nudo en la garganta-
Es algo difícil regresar a casa cuando estás enamorado, no quieres dejar a esa persona por nada del mundo, pero a la vez, extraño mi hogar y mi familia.
-          ¿No puedes quedarte otra semana? –Preguntó preocupado-
Noté su tristeza en sus pequeños ojos y me moví hasta su cama, sentándome junto a él.
-          Me encantaría pasar mucho más tiempo contigo. Venir a París, a una de las ciudades más bellas del mundo ha sido un sueño para mí, pero más conocerte –Sonreí-
-          No quiero que te vayas –Me miró-
Si sigue me va a hacer llorar… Tiene que entender que es muy duro dejarlo y también estar lejos de mi familia, es más, el debería de saberlo perfectamente.
Tomé sus manos y lo abracé.
-          Tengo otra pregunta Sue –Agregó apenado-
-          Cuantas quieras preguntarme Nicholas –Reí-
-          ¿Estamos saliendo? –Preguntó entre sonrisas-
-          Pues eso parece –Le dije sonrojada-
-          ¿Lo puedo hacer formal? –Acotó-
-          ¿Cómo es eso?
-          ¿Quieres ser mi novia? –Respondió a mi pregunta-
Quedé sin palabras. Nadie antes me había pedido ser su novia. Sí me habían gustado varios chicos en la escuela pero nunca llegué a ser sus novias. Sí había tenido mi primer beso pero fue cuando estaba un poco pequeña y no sabía lo que significaba. El beso que Nicholas me dio hoy fue mágico, nunca antes había sentido que algo fuese tan real como eso.
-          Sí –Sonreí-
-          Pero no te vayas –Rio-
-          Ya…
Me abrazó metiéndome entre sus fuertes brazos y me quedé mirándolo a los ojos durante un largo tiempo hasta quedarme dormida.

5 de diciembre de 2011. 6:05 am


Desperté entre las sábanas desarregladas y miré a hora de mi reloj de muñeca. Miré hacia mi lado izquierdo y ahí se encontraba él, durmiendo profundamente. Lo abracé y él tomó mi mano llevándola hasta su boca y la besó suavemente… Me estaba matando de ternura, es muy lindo conmigo. No pude evitar sonreír. Él se volteó dándome la cara y nos quedamos unos minutos en silencio observándonos fijamente.
-          Buenos días –Acarició mi cabello-
-          Hola –Respondí sonrojada-
-          ¿Vamos a comer? –Preguntó-
-          Muero de hambre –Dije-
No dejábamos de sonreír. Todo era como un cuento de princesas pero el problema es que el encanto se terminará pronto.

-          Oye Sue, tengo que regresar a casa porque no me he bañado –Dijo apenado-
-          ¡Verdad! Ni lo noté Nicholas –Reí-
-          ¿Quieres venir conmigo? –Preguntó-
-          ¡Seguro!
Fuimos a desayunar y luego nos fuimos en el autobús hasta la casa de su abuela. Su abuela no estaba. Nicholas subió a su habitación para bañarse mientras yo lo esperaba en la sala viendo la televisión. Al cabo de un rato, ya listo, bajó.
-          ¡Hola! –Se sentó a mi lado-
-          Hola –Sonreí-
-          ¿Qué quieres hacer? –Preguntó-
-          Debería de comprarle algún recuerdo a mi padre y a mi hermana.
-          Te llevaré al mejor sitio donde puedes conseguirlos –Sonrió-
-          Gracias –Lo miré-
-          Por nada.

Besó mi mejilla y luego tomó mi mano. Salimos de la casa y fuimos hasta el sitio que dijo. Todo era hermoso, antiguo y lleno de mucha historia. Nicholas me contó un poco sobre el lugar y fuimos viendo los pequeños puestos de venta donde tenían recuerdos de la Ciudad. Compré un par de cosas para ambos, y algo lindo para mí y nos sentamos en uno de los bancos cerca de una gran fuente que rodeaba al sitio. 

Hola! Lamento subirlo tan tarde, he estado corta de inspiración... Espero les guste y comenten :D saludos -Liz

1 comentario:

  1. Me tienes enamoradisima, de verdad cada vez que leo esta novela se me acelera el corazoncito ='D.....es un sueño de verdad quien no quisiera vivir eso *-* necesito MUCHISIMO que la sigas *-* si la dejas de hacer me haras sentir como que mi novio cortó conmigo ='DDDDDDDDDDD I love u por favor sigue escribiendo tienes mucho talento, espero ansiosa el otro :3 *_* xoxoxo loved this one, todos los detallitos como es el con ella todo *.* perfection <3

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